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viernes, 26 de abril de 2013

¿Miedo a Hablar en Público?


Todos alguna vez en nuestra vida hemos pasado por la situación de hablar en público. Algunos más que otros, hemos experimentado esta sensación. Si no has vivido mucho de esto, prepárate porque un verdadero líder es una persona capaz de comunicarse con carisma y motivación frente a 10, cientos y miles de personas.

Todavía recuerdo mi primera vez que me paré enfrente de un público. Tenía 3 años de edad, y con una simple poesía de dos párrafos pude sacar una que otra risa a la audiencia. Ahí comenzó toda una aventura, en donde me fui preparando 14 años de mi vida, estudiando para llegar a ser maestro de oratoria. 
Tiempo después, puse en práctica lo que aprendí, dando 30 conferencias a miles de jóvenes en este año pasado. 

Todos tenemos nuestra historia. Todos pasamos alguna vez por eso, pero nadie dijo que iba a ser fácil. La comunicación es algo esencial en la vida del ser humano, y para que exista una buena comunicación, necesita existir un buen oyente y un buen emisor, pero sobre todo un buen mensaje.

Si tu estás leyendo este artículo, es porque vas a dar una plática próximamente, o porque ya la has dado, o simplemente, te quieres ir preparando para lo que sigue.
Te quisiera hacer una serie de recomendaciones para dejar un mensaje que realmente cause impacto y que la gente entienda lo que tú tenías en tus objetivos.

1. Nadie da lo que no tiene

Si tu vas a dar una plática sobre “liderazgo” tienes que estar perfectamente informado sobre el tema. No puedes ofrecer al público un tema del que desconoces, porque siempre hay alguien en el auditorio, que podría saber más que tú, y podría desanimar tu esfuerzo. Te recomiendo que preguntes exactamente cuál es el tema que quieren que abarques, y que hagas un pequeño esquema, con subtemas y que saques los mayores recursos posibles: libros, revistas, artículos, etc. 

2. Fichas con ideas

Si eres de los que tienen un poco de miedo o de mala memoria, no hay mejor recurso que utilizar pequeñas fichas, para anotar la ideas más importantes. Estas las puedes hacer de ¼ de hoja carta. Con la idea de la introducción, tres ideas del desarrollo, y la conclusión. Las puedes leer durante tu preparación de la plática, unas noches antes del día exacto, y ese mismo día en la mañana. A lo mejor las puedes tener a la mano, antes de dar la plática, por si se te llegara a olvidar alguna idea. Pero lo más conveniente, es que no utilices ningún papel. Sino que todo lo tengas en tu mente. 

3. Introducción de impacto

Si el público no te conoce, sobre todo, tienes que “ganártelo”. Para esto, utiliza una frase, una anécdota, una historia. Llega de una manera “chistosa”. O simplemente diles que algo que los despierte un poco, para que se rompa el hielo. Hay veces que puedes utilizar algo serio, para mantenerlos más interesados en el tema, sobre todo, cuando es un testimonio de vida. 

4. Utiliza ejemplos prácticos

No hay mejor forma de dejar algo que “sirva” a los jóvenes, dándoles ejemplos que pueden utilizar en su vida diaria. No te vayas mucho con la teoría, porque simplemente se puede tornar aburrido, si vas a hablar sobre “liderazgo” puedes utilizar una pequeña dinámica, en donde pases a alguno al frente, etc. 

5. Movimiento 

Hay diferentes tipos de oratoria. Pero en tu caso, lo más seguro es que te dirijas con jóvenes. Por lo tanto, no es recomendable que cuando estés hablando de quedes en un mismo lugar. Lo mejor es que lo hagas de pie, y moviéndote de vez en cuando. Claro, nunca aparentar que estás nervioso, de un lado a otro, como si estuvieras bailando. Pero con movimientos sin cruzar los brazos de manera brusca. Puedes empezar sentado frente a ellos, y luego en un momento decisivo de la plática, de pongas de pie.

6. La voz

La voz es vital para el desarrollo de una plática. Una persona que tiene una voz suave, no lo van a escuchar o se van a quedar dormidos. Una persona que se la pasa gritando en todo momento, tal vez llegué a causar un poco de molestia entre los oyentes. Lo mejor es modular la voz, dependiendo de la idea que estés manejando. Utiliza mucho los cambios de voz. En los momentos más impactantes, trata de levantar la voz, para despertar a los jóvenes y para que vean el carisma y la convicción que tienes sobre esa idea. La voz y tus gestos dependen mucho en la transmisión de la idea. 

7. Vestimenta

Esto también es muy importante. Depende del lugar donde te encuentres, la vestimenta que vas a usar. Es muy diferente si vas a una comunidad de bajos recursos a si vas con importantes empresarios. Por lo mismo, pregunta a la persona que te invitó a la plática, cómo les gustaría que fueras vestido. Normalmente te puedes ir en traje, o formal. Dependiendo del país. Pero siempre adécuate al público con el que vas a trabajar. Para que no se sientan menos que tú. 

8. Los mejores críticos: los jóvenes

Si quieres saber cómo va tu conferencia, pregúntale a los mismos jóvenes. Ellos te pueden dar las mejores ideas, sobre ejemplos, anécdotas, testimonios. Simplemente, pregúntale lo que les pasa a ellos en sus vidas, y eso lo puedes transmitir con los demás. 

9. ¿Y qué pasa si me pongo nervioso?

No te preocupes. Lo peor que puedes hacer es demostrarlo. Sé que es difícil, pero trata de distraerte con otras cosas. Ríete, cuenta un chiste. Trata de hablar con el público, pásalos al frente, que te cuenten algo, etc. Si se te olvidaron las ideas, utiliza la “magia de la improvisación”, que tendrás que ir practicando poco a poco, pero que tienes que utilizar, porque a todos nos pasa. 
Pero nunca olvides, que no todas las conferencias deben de ser iguales. Hay algunas mejores que otras. Lo más importante es que tú des lo mejor de ti mismo. Si en alguna te pusiste más nervioso que en otra, la próxima será diferente. 

10. PREPARACIÓN

Un punto básico, que no porque esté al último, es menos importante, es tu preparación personal. Si quieres ser un conferencista de éxito. Prepárate para serlo. Lee mucho, ten una colección de libros para jóvenes en tu casa. De diversos temas en donde te vayas formando de acuerdo a las necesidades del mundo. Ten a la mano una lista de temas que puedes ir dando a la semana, ve preparando diversas pláticas, diferentes dinámicas. Suscríbete a alguna revista que te pueda ayudar. Entrevístate con diferentes orientadores más grandes que tú, que te pueden ayudar a ser un mejor orador. Simplemente, date la oportunidad de transmitir un mensaje. Todos tenemos diferentes cualidades. Algunos hablarán mejor que otros. Pero por lo menos lánzate y haz la prueba, porque con tus palabras, le puedes cambiar la vida a miles de jóvenes, incluso, sin que te des cuenta. 

Éxito en tu preparación como un gran orador.

Por

DAVID MONTALVO

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